Pruebas Aprender: qué dicen los especialistas en educación sobre el bajo rendimiento de los estudiantes
No solo el 14% logró un desempeño satisfactorio en matemática sino que ya no existe el segmento que obtuvo resultados avanzados; dos claves para revertir la situación
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Los resultados de las pruebas Aprender 2024, que evaluó el desempeño en el nivel de educación secundaria, arrojaron datos preocupantes: aunque en lengua se registró una mejora —el 58% de los alumnos alcanzó o superó el nivel satisfactorio—, matemática mostró otro panorama: el 54,6% no llegó al nivel básico.
Es más: apenas el 14,2% logró un desempeño satisfactorio en matemática.
A esto se suma, como destacaron varios especialistas, que hay un sector completamente desaparecido de estos porcentajes: ya no existen resultados avanzados o superiores en esa materia.
Esto deja en evidencia un escenario problemático: “Hay un fracaso masivo y viene empeorando: en la evaluación Aprender de 2013 casi un 65% de los estudiantes se encontraba en el nivel básico o por debajo del nivel básico en Matemática: ya eran resultados muy preocupantes, pero empeoraron desde entonces", contó Cecilia Veleda, doctora en Sociología de la Educación.
También Martín Nistal, especialista en política educativa, hizo esa referencia: “La tendencia es negativa en Matemática. Cada vez hay o un estancamiento o un empeoramiento en los aprendizajes".
Estos resultados vienen acompañados de los que se dieron para alumnos de tercer grado: en ese caso, el enfoque fue la alfabetización, y solo el 45% de los alumnos alcanzaron la habilidad lectora esperable.

En este mismo sentido se expresó Juan Segura, cofundador de Área Beta, CEO de Circusedu y asesor educativo, quien se remontó a datos previos. Así, aclaró que “no solo preocupa la medición Aprender 2024, sino también la tendencia que se viene registrando desde el operativo ONE [Operativo Nacional de Evaluación] de 2013″: “En este tiempo, el porcentaje de las respuestas por debajo del nivel básico de aprendizajes aumentó del 40% al 54,6%, y el porcentaje de las respuestas de nivel satisfactorios y avanzados cayó del 35,3% al 14,2%“.
Aunque fue el dato más fuerte, Irene Kit, pedagoga y presidenta de la asociación civil Educación para Todos, analizó la otra materia, Lengua, y sostuvo: “Se ven dos panoramas distintos, ambos de cierta alerta o preocupación, tanto en lengua como en matemática. Para el caso de lengua, que trata de captar información sobre el dominio de la palabra escrita, ya sea en textos disciplinares y en el mundo de la literatura, poco más de la mitad tiene un dominio entre satisfactorio y avanzado, y ese porcentaje viene bastante estable desde 2017. Estamos estancados en un nivel que da poco más de la mitad en niveles razonables, y obviamente un poco menos de la mitad en niveles básicos, y casi un 16% por debajo del básico”.
Esto implica que entre los alumnos que llevan casi 12 o 13 años en el colegio, contando el nivel inicial, cuatro de cada diez leen pobremente: no pueden obtener información de un texto, sacar inferencias, usarlo para aprender ni para estudiar.
“Y además, hay que tener en cuenta un dato que a mí me preocupó, que es que la cantidad de estudiantes con desempeños avanzados cayó de un 15%, que estaba en las tomas previas, a apenas un 6%. Ni siquiera la totalidad de los estudiantes de educación privada está pudiendo alcanzar niveles avanzados de dominio de la palabra escrita”, agregó.
Aunque también planteó que lo mismo sucede con Matemática: en los establecimientos privados, que suelen tener mejores resultados, también se observó un bajo desempeño en la disciplina.
Problemas de la educación
“Como se sabe, la Matemática es una construcción piramidal que implica edificar ladrillo sobre ladrillo. Sobre una base pobre o deficiente que nos muestran los resultados de Aprender de primaria, es casi imposible adquirir un conocimiento acabado, sólido y sostenido en la secundaria. Hay que empezar por ahí”, aseguró Gustavo Zorzoli, director del Observatorio de Educación Matemática de la Universidad de la Ciudad y exrector del Colegio Nacional de Buenos Aires.
Hace tiempo que la educación viene atravesando varios problemas, y Nistal enfocó en uno particular: no está en el foco de atención. Pero también destacó la formación docente como un eje, por un lado, y el ausentismo de los alumnos, por el otro: “Otro de los problemas escondidos es que los chicos están faltando muchísimo a clase, van de forma intermitente, y por supuesto eso genera muchos inconvenientes de aprendizaje”.
Pese a que el cierre prolongado durante la pandemia actuó como un agravante, Veleda dijo: “Los resultados ya eran bajos antes de la pandemia, y la diferencia de resultados entre Lengua y Matemática muestra que hay factores más ligados a la enseñanza. En esta área [matemática] hay que prestar atención a la didáctica: en el nivel primario, que genera la base para el nivel secundario, los métodos constructivistas han predominado en los libros de texto hasta el momento. Quizá sea una de las razones por las cuales prácticamente el 50% de los estudiantes de 6° grado del nivel primario se encontraba en el nivel básico o por debajo del nivel básico en 2023, según la evaluación Aprender".
La especialista se detuvo, además, en que, a futuro, esta deficiencia puede afectar las oportunidades de desarrollo en ciencias duras —como las de Ingeniería o carreras que requieren una base sólida en la disciplina—, tanto de las personas como del país.
Kit se explayó sobre el caso de lengua, y afirmó que el dominio de la palabra escrita debe ocupar un lugar central en todas las áreas. Y en un análisis más amplio, opinó que la cultura digital cuando no tiene un lector experto se convierte en una “actividad efímera, pasiva y que propicia la atención dispersa”.
Para leer hábilmente, es necesario salir de la inmediatez, de lo digital, por lo que es necesario que los profesores evalúen críticamente cómo se conformó, en las mentes de los alumnos, el intensivo acceso a la cultura digital.
Y sobre los resultados de la otra materia, remarcó que es un problema “muy serio” por diversas razones: “El pensamiento lógico-matemático es una herramienta poderosa para el pensamiento crítico, para organizar la información que nos bombardea a diario, porque el mundo de los algoritmos, de las probabilidades, de la teoría de los juegos requiere este pensamiento, no hablemos de lo que son las cuestiones de inversiones, de manejo de dinero y demás, hay muchísimos aspectos del desarrollo de un pensamiento abstracto con posibilidades generalizar que se basan en ese pensamiento matemático”.
Cómo revertir los resultados
Para Zorzoli, hay que revisar cómo se está enseñando la materia en la escuela: “Hay que revisar la formación docente y priorizar los contenidos nodales. En este momento no se trata de discutir si logaritmos sí o no o cómo enseñarlos, es el momento de trabajar en profundidad con los conceptos básicos de la Matemática. Nuestros estudiantes, al finalizar la secundaria, no pueden resolver problemas de porcentaje o regla de tres simple, aquellos que varias décadas atrás podían solucionar los egresados en la escuela primaria”, consideró.
Es un punto clave en el que se detuvo la mayoría de los especialistas consultados por este medio. Como Nistal, que planteó la necesidad de “redoblar esfuerzos” tanto con los estudiantes —por ejemplo, con programas de tutorías para quienes los necesiten, como acompañamiento al trabajo docente— como con los docentes, que para sumar puntos realizan cursos que no les dan las herramientas necesarias para afrontar situaciones complejas de la realidad argentina.
Segura, por su parte, fue concreto en su propuesta: una nueva didáctica que enseñe, por ejemplo, a través de juegos digitales diseñados para tal fin. Algunas, por caso, asocian la matemática a disciplinas deportivas, culturales o similares de mayor “popularidad”, detalló.
“Los ministerios de educación jurisdiccionales están en condiciones de hacer estos cambios, inclusive sin salirse de las exigencias impuestas por los núcleos de aprendizajes prioritarios exigidos por el Consejo Federal de Educación”, enfatizó.
Veleda también consideró revisar los currículum, sobre todo para ver si se están enseñando conocimientos relevantes para la vida de la mayoría, a la vez que adhirió a la necesidad de rever la formación docente. Y detalló: “Por un lado, los estudiantes de profesorado acceden a la formación con bajos niveles de matemática. Por otro, los diseños curriculares suelen poner mayor foco en la disciplina que en la didáctica. En tercer lugar, en buena parte del país hay carencia de profesores de matemática, cuyos puestos son cubiertos por personal sin título docente, con conocimiento del currículum y capacidades pedagógicas muy diversos”.
¿Y los estudiantes? Segura volvió sobre la parte que recae en ellos y, por ende, en la necesidad de que “estudien más”, que le dediquen tiempo adicional, imprescindible para que las disciplinas más complejas se vuelvan inteligibles. Pero ese tiempo, aseguró, debe encontrarse dentro del escolar: “La escuela argentina tiene la necesidad y el deber de mostrarse valiosa para la sociedad, creando hábitos sanos que favorezcan la incorporación de aprendizajes útiles. Convertir la sala de clase en una salón de tarea y ejercitación es algo que cualquier docente puede implementar a partir de mañana mismo. Sin hábito de estudio no hay aprendizaje posible”, remarcó.
“Estamos en emergencia matemática real, profunda y que requiere una acción muy sistemática y dirigida, muy intencional y articulada, no solamente en el último año de la secundaria, que es cuando se tomó la evaluación, sino que las raíces de ese conocimiento matemático precario se hunden hasta la propia escuela primaria”, concluyó Kit.
Cómo se posicionó el país frente a la región
Para comparar los resultados que arrojaron las pruebas Aprender 2024, los especialistas se centraron en otras dos evaluaciones: ERCE y PISA.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) lleva adelante el Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA), que evalúa competencia lectora, matemática y científica. Según los últimos resultados de esta, la Argentina se posicionó en el puesto 8 de 13 en Matemática: la superaron, en orden de más a menor puntaje, Chile, Uruguay, México, Perú, Costa Rica, Colombia y Brasil.
Además, Veleda agregó otro dato: “Estos resultados nos ubican en el puesto 10 entre los 16 países latinoamericanos participantes en la última evaluación de UNESCO, realizada en el nivel primario en 2019″.
Según el Estudio Regional Comparativo y Explicativo (ERCE), evaluaciones para Latinoamérica y el Caribe para medir, también, el aprendizaje de los alumnos, la Argentina no alcanzó el promedio de puntaje regional: mientras este se ubicó en 697 puntos, el país marcó 690, y quedó en el medio de la tabla (puesto 8 de 16). En este fue superada por Uruguay, Perú, México, Brasil, Chile, Ecuador y Colombia.
“La Argentina está actualmente desfasada cuando se compara a países parecidos, está con unos resultados notablemente inferiores a lo que se espera para un país como este, que es un país de ingresos medios en Latinoamérica”, concluyó Nistal.
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